diumenge, 10 de febrer del 2019

El corazón relator


Guiñar un ojo a alguien no es malo. Es un acto socialmente aceptado. Un gesto que hacen los tíos a los sobrinos cuando les dan un regalo de reyes aun cuando conocen la verdad del asunto, lo hacen las abuelas cuando nos traen dulces de la cocina a escondidas… Guiñar. Cluc. Y a otra cosa. ¿Pero qué pasa si le compro a un niño un muñeco que guiña un ojo?, ¿y si se lo compro a una niña?, ¿y si es una muñeca?, ¿y si le compro a un niño una muñeca que guiña el ojo? Aquella imagen que les ha venido a la cabeza cuando les he mencionado a un tío (su tío) o a una abuela (su abuela) inmediatamente se ha convertido en una cascada de ideas peyorativas sobre la infancia, el machismo, la identidad de género… incluso puede que la prostitución, lo valores… ¿me equivoco? 


El mundo ahora está un poco así. Cuando hablo del mundo hablo de la política en nuestro país, claro. El mundo está un poco así porque todos tenemos una opinión de todo al respecto. Ya nadie respeta ninguna figura de autoridad, y cuando digo de autoridad no quiero decir autoritaria, en casi ningún ámbito: ni jueces, ni fiscales, ni policías (esos los que menos), ni profesores, ni políticos… quizá se salva alguna autoridad médica u poco más. El caso es que aquí todos nos hemos convertido un poco en “todólogos” y corremos a opinar de cualquier cosa antes de tiempo. Esto, que no es nuevo, ya lo decía Auguste Comte, un filósofo o sociólogo o como lo quieran ustedes llamar, de hace un cholón de años, del estado metafísico de la sociedad (entre el estado teológico del pasado y el positivo o científico del futuro). No voy a agobiarles con datos de biblioteca, pero es cierto que Comte advirtió que en cuanto empezáramos a buscar respuestas más allá de la teología, una de las características de la sociedad sería el exceso de opinión, y que la democratización de algunos campos podría llevarnos al exceso de opiniones y a lo absurdo de tener que escuchar a según quien. Nada textual, lo digo como suena, ya me conocen.

¿Qué quería decir Comte? Yo creo que se refería exactamente a algo parecido a lo que estamos viviendo ahora en España. Verán, algunos amigos míos, cuando conversamos, me acusan de ser un buenazo e intentar “excusar” algunas acciones de algunas personas que actúan objetivamente mal. El otro día tuve que molestarme en decir que, lejos de esto, lo que intento —a veces en voz alta— es razonar qué causas nos han puesto exactamente en el punto en el que estamos: ¿por qué una persona toma una opción equivocada?, ¿por qué un mismo padre educa a dos hijos a la vez y uno sale delincuente y otro trabajador…?, y en esa búsqueda a veces me hago preguntas que quizá puedan parecer preguntas que están enfocadas a exculpar la responsabilidad de alguien, pero les aseguro que no es así. Creo en las responsabilidades personales, es la única manera de vivir en sociedad. Lo dicho, ¿qué es lo que pasa en España? Pues en España pasa que todo el mundo quiere opinar, que nos hemos tomado esto de la política como si fueran equipos de fútbol y que a veces nos cuesta hacernos preguntas porque como ya están los políticos para decirnos lo que debemos opinar de una cosa o de otra, pues ya está, ¿verdad?

Miren, no. Es evidente que los políticos, en el fondo, son políticos. No son malos, ni mala gente… yo vivo convencido de que el político que más en la antípodas esté de mi opinión actúa pensando que está haciendo lo mejor para la sociedad (y para él). Estoy seguro de eso. A veces con Abascal me cuesta, ¿eh?, no crean, pero estoy seguro de que es así. Entonces, ¿qué pasa con las negociaciones entre el Govern de la Generalitat y el Gobierno de España? Pues pasa lo que se espera que pase. Que son políticos y que son partidistas y que creen que están haciendo lo mejor para sus ciudadanos, ¡pero! (este pero es importante), afianzando la marca de su partido en un tema concreto para no perder votos (para poder seguir haciendo sus políticas y que vivamos mejor). Así funcionan sus cabezas. No hay más. “Para mantenerme aquí, puedo llegar hasta allí en mis concesiones porque si no los que me han puesto aquí me sacarán de aquí y no podré hacer eso tan importante que quiero hacer para mejorar aquello que quiero mejorar”, fácil, ¿no? Dicho esto, ¿alguien pensaba que las negociaciones por la ley de presupuestos y los presos políticos fuera a salir adelante? ¡Para qué marean la perdiz! Claro que no iba a ir a ningún lado. Los dos gobiernos están flanqueados por ambos bandos en ambas direcciones, están a la acecho de cualquier gesto “real” que puedan hacer para desencajar la situación y tirárseles al cuello.

He leído por ahí unas declaraciones de un político de primer nivel que decían que Pedro Sánchez es “un traidor”, que “debe ir a la cárcel” por aceptar una figura intermediaria en una negociación encallada que no tiene otra salida. ¡Un traidor”, ¡a la cárcel!, por proponer un diálogo… un diálogo que es la única forma no violenta de no llevarnos a una guerra civil. Estoy escribiendo con todos los sentidos en lo que estoy diciendo: “un diálogo que nos salve de otra guerra civil”. ¿Qué pretenden los partidos que se manifiestan contra Sánchez por aceptar algún acercamiento con el gobierno catalán? ¡Qué piden! ¿Qué están pidiendo? ¿Qué NOS están pidiendo que hagamos con dos millones y medio de personas que van a seguir votando en la misma dirección y en el mismo sentido que lo están haciendo porque creen que es exactamente igual de bueno que lo que piensan los otros que es? ¿más cárcel, más exilio…?, ¿más fuerza institucional o física? ¿Y lo otros?, ¿qué esperan..? Por mucha razón democrática que tengan, un estado (más el estado español) va a poner en marcha toda la maquinaria para no partirse. Sin más: TO-DA. ¿Creen que de esa negociación van a conseguir un referéndum?, voy más allá, ¿los que los ponemos ahí vamos a creer que lo que van a sacar de ahí va a ser un referéndum que acabe de una vez por todas con esta encrucijada? No. Yo tengo la inteligencia justa para pasar el día, estoy más o menos al día en actualidad política y les digo que ahí no va a ceder nadie ni lo uno ni lo otro.

¿Y entonces?, ¿quién no saca de aquí? Pues de aquí sólo nos puede sacar una opción política de izquierdas moderada. Una izquierda de consenso que no dé lo que quieren unos y saque rédito del “a por ellos”. Una izquierda que no cero que lleve las siglas del PSOE ni vaya montada en el dragón alado alado de PODEMOS, peo una opción de izquierda moderada.

Me pasa también que advierto que las oligarquías catalanas se han quedado sin representación en los parlamentos. Los que sí, sin duda, anteponen sus ganancias a toda esa mierda de la patria y “la terra” no están ni en el Parlament ni en el Congreso de los Diputados. Y tienen que estar porque nos guste o no —recuerden que no excuso, sólo digo lo que veo e intento explicármelo— vivimos en un sistema capitalista en el que el dinero sirve y servirá para moderar el temperamento de las política territoriales, etnicistas, nacionalistas y de fundamentalismos. Si no están, se les espera, más pronto que tarde.

Llevo ya demasiadas palabras y nadie va a acabar por leer a entrada, por eso me gustaría cerrar este post político con preguntas, que es como se deberían cerrar las reflexiones (las buenas) y no con aseveraciones, consignas y distorsiones que nos llevan por derroteros a unos y a otros. ¿Qué pide Ciudadanos cuando dice que Sánchez no debe ceder a la figura del “relator”?, ¿qué quieren hacer con los catalanes que votan y seguirán votando en ese sentido? Porque si creen que su problema es Quim Torra, se equivocan. Si se exilia o si acaba preso, mañana habrá otro, más radical que él, en su lugar. Recuerden: Mas, Puigdemont, Torra. ¿Qué dice VOX cuando dice que hay que meter al presidente del gobierno en la cárcel?, ¿qué nos están queriendo decir?, ¿qué España debe ser salvada?, ¿por quiénes?, ¿por dioses…? No, ya no vivimos en el estado teológico. Seguramente se refieran a que a España la salva el ejercito. Eso ya tiene un nombre. ¿Qué quiere Pablo Casado, que ve a su partido desmoronarse día a día…?, ¿de qué lado está?, ¿de cuántos lados está?

¿Qué espera el President Quim Torra?, ¿qué espera que pase frente a un Estado que no ha dudado en hacer lo que ya ha hecho y que nosotros —los que hemos vivido el cansinísimo procés— hemos visto hacer por culpa de nuestra adoctrinada conciencia? ¿Qué esperamos de los partidos que vendrán?, ¿qué le pedimos a las instituciones que nos representan y nos sirven a todos?, ¿qué tenemos que pedirles a nuestros políticos: que digan lo que nosotros diríamos en el parlamento o que dejen de lado sus intereses de partido y hagan de verdad políticas que mejoren la vida de las personas?, ¿cuál es el más indigno de todos los colores? 









1 comentari:

  1. Tantas preguntas i cap resposta clara.

    Bé. Una resposta la tinc clara.

    VOX és el NSDAP 2.0 A la Espanyola.

    I Abascal de tenir mai poder real farà i complirà el que diu i promet.

    I si. Jo no l'hi trobo cap disculpa. CAP.

    En la Alemania dels 30 també era infravalorat Adolfito i la seva "troupe"..... I la resta és història (negre)

    Abascal és un perill REAL.

    ResponElimina

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